La Mano de Dios, un púlsar localizado en la constelación de Circinus captado por el observatorio de rayos-x Chandra, una de las tantas imágenes que podemos apreciar del espacio profundo y que nos muestra que es tan grande el universo e imposible que nosotros los humanos seamos la única forma de vida pensante.
Se le llama La Mano de Dios por su parecido a una mano humana y por tener una longitud extremadamente grande: 100 años luz.
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