miércoles, 26 de enero de 2011

PROYECTO MK ULTRA

HACE UNOS DÍAS ME ENTERÉ DE ÉSTE ARTÍCULO, nunca había oído ni siquiera lo más mínimo referente al tema. Lo único que sabía es que era muy probable que las personas puedan controlar por medio de la mente a otras personas, símplemente implantando ideas, ejemplo, si digo: no piensen en elefantes rosas, ¿en qué están pensando?




Invasión a la mente
Es fácil implantar recuerdos falsos.

El tema del control mental está muy desarrollado en Internet. Es evidente que en los Estados Unidos hay una fuerte preocupación por esto. Se acusa a los organismos del gobierno de realizar todo tipo de experimentos, desde los habituales, como la prueba de métodos de interrogación basados en drogas, hipnotismo y diversos mecanismos de presión, hasta el control de las mentes por medio de implantes e ingenios electrónicos.

Una de las cosas que parecen haber interesado siempre a los gobiernos que buscan el poder absoluto es lograr la modificación de los recuerdos. Es uno de los temas más fuertes y chocantes de, por ejemplo, la novela 1984, sobre el totalitarismo absoluto. Pues bien, un estudio reciente, y no de un gobierno sino de un equipo científico, muestra qué fácil es inducir recuerdos falsos en la mente de algunas personas.

Al mejor estilo de “Total Recall” (cuento de Dick que sirvió de base para la película que en Argentina se tituló “El vengador del futuro”), investigadores del área de psicología jugaron a poner en la mente de sus sujetos de estudio una serie de elementos que luego se convirtieron en recuerdos falsos. Luego de este “implante” mental la pregunta clave fue: ¿Recuerda ese maravilloso día en el que Bugs Bunny lo alzó en Disneylandia?

Más de una tercera parte de los sujetos de este estudio, cuyos resultados preliminares fueron presentados por la psicóloga Elizabeth Loftus, de la Universidad de California en Irvine, en la Reunión Nacional de la American Association for the Advancement of Science, recordaron haber pasado un momento con Bugs Bunny en el famoso parque; algo imposible, porque Bugs no es un personaje de Disney.

La doctora dijo luego que de su investigación surge que los interrogadores policiales y aquellos que investigan las denuncias de abuso sexual deben ser muy cuidadosos para no sugestionar a sus sujetos.

Philip K. Dick, que sufrió la persecución de agentes del gobierno de los EEUU, estaba muy preocupado por estos temas. Agregó que algunas personas pueden ser tan sugestionables que es posible convencerlas de ser responsables de crímenes que no cometieron. En las entrevistas, “mucho de lo que surge inconscientemente es contaminación”, dijo ella. 

Y agregó que los nuevos medios, de gran poder de sugestión, también pueden dejar impresiones falsas en la memoria. “Durante los ataques del francotirador de Washington, todos reportaron haber visto una camioneta blanca”, recordó. “¿De dónde salió? El país entero estaba viendo camionetas blancas.”

Los investigadores dicen que para producir estos “implantes” es clave agregar a la historia elementos táctiles, sabor, olfato y sonido.

En la investigación en la que usó como personaje a Bugs Bunny, Loftus habló con varios sujetos sobre su infancia y no sólo les preguntó si habían visto al personaje, sino si habían palpado su cuerpo y sus orejas peludas. En entrevistas posteriores, treinta y seis por ciento de los sujetos recordaron al conejo de los dibujos animados.

En otro estudio, Loftus habló de incidentes en los que recibían el famoso beso del conejo, y el quince por ciento de las personas del grupo luego lo recordó.

“Estos detalles sensoriales son los que usa la gente para distinguir sus recuerdos”, dijo Loftus, quien ha llevado a cabo experimentos de falsa memoria con 20.000 sujetos durante 25 años. “Si uno les infiltra historias, se produce una disrupción de su proceso de memoria. Hacer que la gente recuerde cosas que no les ocurrieron es, prácticamente, una receta.”
Miles de personas en los Estados Unidos narran horribles historias de secuestro por parte de los llamados “hombrecitos grises”, cuyos rostros tendrían más o menos este aspecto típico.

En Internet se acusa a las agencias de la CIA de ser las responsables de los sucesos que recuerdan —o creen recordar— los que dicen haber sido abducidos por seres extraterrestres. En Estados Unidos hay toda una cultura detrás de esto. También hubo tratamiento en la reunión de científicos sobre este tema.

Otro investigador, en este caso uno que trabaja con personas que creen haber sido abducida por alienígenas, demostró que los recuerdos falsos pueden ser tan intensos como los recuerdos verdaderos de las víctimas de las guerras y otras formas de violencia.

En esta otra investigación, que se presentó en la misma conferencia, el psicólogo Richard McNally de la Harvard University hizo pruebas sobre diez personas que dijeron que habían sido adbucidas, examinadas físicamente y contactadas sexualmente por extraterrestres.

Los investigadores grabaron a los sujetos en cinta magnética mientras hablaban de lo que recordaban. Cuando les hicieron escuchar las grabaciones, los denunciantes de abducciones transpiraron y sus corazones dieron un salto.

McNally dijo que tres de los diez sujetos mostraron reacciones físicas “por lo menos tan fuertes” como las de gente que sufre desórdenes post traumáticos a causa de la guerra, crímenes, raptos y otros incidentes violentos. “Esto subraya la fuerza de las creencias emocionales”, dijo McNally. O marca —manteniéndonos siempre en el mismo tren escéptico— el poder que pueden tener las memorias implantadas en las personas.

Los experimentos blanqueados

Existen innumerables publicaciones sobre el tema del control mental, espionaje y maltrato a ciudadanos en mano de agencias del gobierno norteamericano.

Ya hace tiempo que fueron desclasificados una serie de datos sobre los programas de control mental, de modo que mucha información que se dispone no es nacida de enfebrecidas mentes de perseguidores de confabulaciones sino que están probadas objetivamente, por completo y sin sombras de duda. 

Esta información muestra que las agencias llevaron adelante programas sin interrupciones desde 1951 en adelante, aunque hay antecedentes aún más tempranos. De 1951 a 1953 fueron BLUEBIRD y ARTICHOKE. En 1953 se convirtieron en MKULTRA, que duró hasta 1963, además de 149 sub-proyectos. Una transformación administrativa convirtió el proyecto a MKSEARCH, que siguió hasta 1973. 

Junto a éste, y en colaboración con Edgeware Arsenal, se llevó a cabo MKNAOMI, que duró desde 1953 a 1970. Cabe aclarar que las siglas MK que aparecen como prefijo de la mayoría de los proyectos son la abreviatura fonética de “Mind Control” (Control Mental).

El primer programa conocido de control mental, llamado proyecto CHAPTER, fue llevado adelante en 1947 por el Ejército de los Estados Unidos. Se basaba en experimentos con drogas. Hasta hoy, aunque se han destapado muchas “ollas” cocinadas por los Servicios de los Estados Unidos (en el siglo pasado) los investigadores y periodistas no han logrado mucha información sobre él. 

El Ejército de EEUU creó también las operaciones THIRD CHANCE y DERBY HAT; otros proyectos de los que se sabe el nombre pero los detalles permanecen en el misterio. Lo que sí se sabe es que la existencia de estos programas es incuestionable.

En 1951 comenzó el Proyecto CHATTER, otro programa clasificado del Ejército de EEUU que buscaba una droga de la verdad con la cual hacer hablar rápido a las personas en medio de emergencias de seguridad. Esos experimentos usaron barbitúricos, anfetaminas y heroína. Las drogas fueron suministradas por una entidad llamada Bureau of Narcotics y por compañías farmacéuticas. En algunos experimentos los sujetos fueron los propios científicos, aunque la mayoría eran estudiantes. Este proyecto fue abandonado en 1953.

En 1950 el director de la agencia de inteligencia norteamericana, Roscoe Hillenkoetter, aprobó el Proyecto BLUEBIRD, dando autorización para utilizar fondos reservados para los gastos en estas áreas tan sensibles. Así comenzó el primer programa estructurado de la CIA para el control de la conducta. 

Tenía como meta el “control de un individuo hasta el punto que él ejecute órdenes en contra de su voluntad e incluso contra las leyes fundamentales de la naturaleza, como la auto preservación”. Entre sus sujetos experimentales había prisioneros de guerra de Corea del Norte y aquellos sospechados de ser doble agentes.

La CIA avanzó en las investigaciones, renombrando BLUEBIRD como proyecto ARTICHOKE. Para tener apoyo en esta investigación, hizo un esfuerzo propagandístico que buscaba convencer al mundo de que el bloque comunista había desarrollado nuevos e insidiosos métodos para modificar la voluntad humana. 

Este argumento sirvió para explicar las numerosas confesiones que firmaron los prisioneros norteamericanos durante la guerra de Corea, en las que decían que los Estados Unidos utilizaron armas bacteriológicas en el conflicto, algo que el público norteamericano se negaba a creer en aquella época.

Años después, periodistas investigadores descubrieron que el aparato norteamericano de seguridad había incorporado a especialistas japoneses en guerra bacteriológica que habían producido terror en China, cuando fue conquistada por Japón en la Segunda Guerra Mundial, y que el conocimiento obtenido de los japoneses fue usado, muy probablemente, en Corea, como habían dicho los soldados de los “cerebros lavados”. 

La herida más grande del lavado de cerebro en los años 50 la dejó la propia CIA, engañando a la opinión pública. En 1963 el director de la CIA Richard Helms dijo que las investigaciones de los soviéticos en control mental estaban años por detrás de los logros norteamericanos.

También en 1951, el director de la CIA aprobó una sociedad con el Ejército y la Marina, quienes estaban interesados en encontrar una droga de la verdad. Con la Fuerza Aérea formaron una asociación diferente para estudiar métodos de interrogatorio. 

La infomación fue compartida, además, con los gobiernos de Canadá y Gran Bretaña, en un intercambio. Los sujetos del proyecto ARTICHOKE incluían sospechosos de ser agentes, aquellos que se creía podían ser dobles agentes, gente que expresaba razones para estar “decepcionada” con su gobierno, estudiantes norteamericanos (se supone que con métodos benignos) y extranjeros (la CIA tenía tendencia a aplicar ciertos procedimientos en éstos antes que sobre ciudadanos norteamericanos). Los experimentos “terminales” o que llevaban a la muerte se realizaron, habitualmente, en otros países. 

Se sabe que el método de control que se usó al menos en dos agentes involucró drogas e hipnosis (narco-hipnosis). Produjeron una regresión y les hicieron revivir su pasado. Luego de interrogarlos, les hacían olvidar la experiencia por medio de sugestión posthipnótica.

En 1952 apareció el proyecto CASTIGATE, en común entre la CIA y la Marina norteamericana, que se dedicó a probar una poción secreta que consistía en depresivos, estimulantes y el ingrediente activo de la marihuana. Se administraba estas drogas durante tres días. Los experimentos se realizaron en Alemania en una base secreta de la agencia noteamericana de inteligencia ubicada en una instalación militar. Los sujetos fueron un agente doble, un sospechoso de serlo y tres desertores. Se considera que este proyecto fracasó.

En 1952 surgió el proyecto MKNAOMI (M-K NAOMI, donde M-K corresponde fonéticamente, como dije antes, a “Mind Control”). Era un acuerdo entre la Special Operations Division del centro de investigación biológica del Ejército norteamericano en Fuerte Detrick, Maryland, y un organismo llamado Technical Services Staff, una agencia que cumplía la función de proveer artefactos ingeniosos, algo similar a lo que hacía el viejo “Q” en las películas de James Bond. La Special Operations Division del Fort Detrick (SOD) se dedicaba a producir armas bacteriológicas.

Y surge en 1953 el programa MKULTRA, que se usó para cubrir el uso por parte de los Estados Unidos de armas químicas y biológicas. Se financiaba abiertamente con fondos de la CIA y se enfocó en las drogas, en especial el LSD. 

La CIA quería convertir el LSD en un arma y se preocupaba mucho de que no cayera en manos de los soviéticos. La CIA usó durante mucho tiempo a los rusos y a la Guerra Fría como excusa para sus acciones ocultas. Estudió centenares de drogas y métodos, como radiaciones, electroshock, psicología, sociología, antropología, psiquiatría, sustancias para torturas y equipos y materiales paramilitares. 


Se cree que los científicos se aplicaban a veces las drogas ellos mismos, pero también utilizaban pacientes de hospital, voluntarios (estudiantes, la mayoría de las veces), presidiarios a los que les pagaban con más drogas, y eventualmente alguna otra persona que conseguían sin consentimiento, por supuesto. Incluso dicen que llegaron tan bajo como rociar a ciudadanos norteamericanos inadvertidos en las atestadas calles. A lo último estudiaron cómo manipular genes y cómo desarrollar compuestos con los que se pudiesen simular ataques cardíacos.

Los monos fueron las primeras víctimas de los interminables experimentos cerebrales
En 1964 MKULTRA se convirtió en MKSEARCH. Algunos subproyectos siguieron bajo el nombre MKULTRA, pero los experimentos de comportamiento más delicados pasaron a MKSEARCH. Se llevaron a cabo en prisioneros, pacientes terminales de cáncer y gente con defectos mentales. Aplicaron, además, ondas de radar en monos. 

Otros experimentos involucraban el estudio de la telepatía, la memoria y radio frecuencias. MKSEARCH siguió hasta principios de los 70. En la Office of Research and Development (ORD) se realizaron experimentos de implantación de electrodos en cerebros de gatos, perros y reptiles para controlar los animales remotamente. 

Según el mismo testimonio, estuvieron involucradas en proyectos de modificación del comportamiento el Departamento de Defensa, el Departamento de Labor (Trabajo), la National Science Foundation, la Administración de Veteranos, el Departmento de Salud, Educación y Bienestar, el Instituto Nacional de Salud Mental, la Administración de Asistencia de las Fuerzas de la Ley (del Departamento de Justicia), todas estas instituciones, desde ya, de los Estados Unidos de Norteamérica. Según documentos de la CIA, proveyeron cobertura a la investigación.

En 1967 o 1968 se inició el proyecto OFTEN/CHICKWIT del Chemical Corps (Cuerpo de Química) del Ejercito y la Oficina de Investigación y Desarrollo de la CIA, para crear un compuesto de drogas que se pudiera usar como arma ofensiva. Se probaron alucinógenos en presos de Pennsylvania, y se sabe muy poco de estos experimentos. 

Los documentos de la CIA mencionan varios accidentes de laboratorio en los que una droga designada EA-3167 produjo “efectos psicóticos prolongados en el personal del laboratorio”.

El Ejército dejó escapar Bacillus subtilis variante niger a través de la red de subterráneos de la ciudad de New York. Fueron expuestos más de un millón de ciudadanos a causa de que los científicos del Ejército dejaron caer bulbos de lámparas eléctricas en las rejas de ventilación. 

Parecería que las pruebas de drogas de la CIA siguieron durante los ‘70, ya que un memo de la CIA del 8 de marzo de 1971 dice que adquirieron una orden de veintiséis mil drogas, para una ‘futura selección’.

En 1991 se realizaron las operaciones Bug, Third Chance, Derby Hat y MKUltra, en varios aspectos del control mental, usando pequeños auriculares como los de las personas con problemas de audición, implantes en el cerebro, ojos y narices, que se venían estudiando desde hacía dos décadas. Se dice que estos artefactos fueron entregados a dictadores sudamericanos y a otras personas en operaciones contra traficantes de drogas, y que se aplicaron en prisioneros.

La Army Assistant Chief-of-Staff for Intelligence de los EEUU autorizó pruebas de campo de LSD en Europa y en el Lejano Oriente. Las pruebas en la población europea se nombraron con el código THIRD CHANCE, las pruebas en la población asiática fueron conocidas como DERBY HAT.

El proyecto MONARCH, realizado dentro del MK-Ultra, se basó en el control mental basado en traumas e involucraba una sofisticada manipulación de niños y la creación de desórdenes múltiples de personalidad.

“Mockingbird” estaba relacionado con los medios y los periodistas. “Whispers” es una colección de casos de paranoia que fueron estudiados en los Estados Unidos. Uno de esos casos es sobre un hombre de apellido Tolman que creía que su mente estaba siendo controlada por computadoras vía un sistema satelital llamado POSSE (Personal Orbiting Satellite for Surveillance and Enforcement). Esta denuncia es similar a la de un tal James Tilly Matthews.

Más reciente es la desclasificación de STARGATE, un proyecto militar de investigación de los fenómenos de la percepción extrasensorial, telekinesis y lo paranormal que habría funcionado hasta 1984, según dijo un ex-director de la CIA en ABC’s Dateline en diciembre de 1995. 

En el Senado de los Estados Unidos existe material que indica que todos estos proyectos de control mental se interrumpieron en 1973, justamente a causa de una investigación del Senado norteamericano. 

Uno de los sub-proyectos de MKULTRA estaba dedicado a lo paranormal y la percepción extra sensorial, y no terminó en 1973, sino que la propia CIA informó que duró hasta 1984. Y si uno de los proyectos de investigación de la mente no se interrumpió, es posible que otros tampoco. Incluso parece poco posible que, dados los sucesos de seguridad que vivió Estados Unidos en los últimos tiempos, los organismos de inteligencia hayan abandonado este tipo de investigaciones y no las continúen en la actualidad.


Todos estos datos, que pueden o no ser absolutamente exactos, aunque sí lo son en general, surgen de páginas en Internet. Lograr una enumeración absolutamente comprobada sería un trabajo de investigación verdaderamente extenso, muy extenso.

Es realmente interesante, y como dije al principio de la entrada, no tenía idea de algo así, y por lo mismo, encontré en internet un libro que habla acerca de ésto, que quizá, despeje demasiadas dudas al respecto. El "Proyecto Montauk", clickéale.

Luciana Soto nos comparte poco más de la mitad del texto.

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