domingo, 7 de marzo de 2010

UN PAPA CONTACTADO POR EXTRATERRESTRES

Se comenta hace tiempo que en una caminata veraniega en la estancia de Castelgandolfo en el año 1961, el Papa Bueno habría recibido la visita de un ser extraterrestre que le entregó importante información sobre el futuro de la humanidad. Aunque era un secreto a voces, su secretario personal decidió hacerla oficial 20 años después de la muerte del prelado, señalando que tanto él como el Pontífice, lo consideraron un acontecimiento celestial. El Papa también habría recibido importantes mensajes de la Virgen María, los que fueron consignados en un diario.

Se dice que en el año 1935, mientras se celebraba un ritual de iniciación en un templo de Rosacruz, uno de los allí presentes se puso a hablar con una voz que no era la suya. El gran canciller de la Orden transcribió todo lo que el hermano decía, y que en 1976 se publicó en un libro titulado “Le profezie di Papa Giovanni”. El hermano no era otro que Angelo Roncalli, arzobispo de Mesembria, que más tarde accedería al pontificio con el nombre de Juan XXIII.

Juan XXIII ha sido considerado uno de los Papas más queridos de la Iglesia. Este pensador y estadista comprendió que la estructura de poder del Vaticano estaba totalmente obsoleta, y que la misma economía dentro de este Estado independiente llegaba a ser poco transparente. Sin embargo, el esfuerzo que hizo fue en vano, ya que antes que establecer nuevas guías, falleció.

El día antes de ser ordenado sacerdote y de ser ungido como tal, el entonces joven Angelo Roncalli hizo en Roma algo muy extraño. Con el padre Luigi del Rosario, recorrió la ciudad en un largo peregrinaje. Visitó primeramente San Juan de Letrán, la basílica de los misterios; allí subió de rodillas la escalinata santa, la que subió Jesucristo para presentarse a Pilatos, y que Elena, la madre del emperador Constantino, mandó trasladar de Jerusalén a Roma.

Sin embargo, uno de los eventos que más han marcado la vida de Juan XXIII fue una extraña experiencia vivida en su estancia veraniega de Castel Gandolfo, en el año 1961. Aunque era un secreto a voces, su secretario personal decidió hacerla oficial 20 años después de la muerta del prelado.

"El Papa y yo estábamos caminando a través del jardín una noche del mes de julio de 1961, cuando observamos sobre nuestras cabezas una nave muy luminosa. Era de forma oval y tenía luces intermitentes, de un color azul y ámbar. La nave pareció sobrevolar nuestras cabezas por unos minutos, para luego aterrizar sobre el césped, en el lado sur del jardín”, narró el secretario.
"Un extraño ser salió de la nave; tenía forma humana, a excepción de que su cuerpo estaba rodeado de una luz dorada y tenía orejas más alargadas que las nuestras. Su Santidad y yo nos arrodillamos. No sabíamos lo que estábamos viendo, pero supimos que lo que fuese no era de este mundo, por lo tanto, debía ser un acontecimiento celestial."
“Rezamos, y cuando levantamos nuestras cabezas, el ser todavía estaba allí. Esto nos comprobó que no era una visión lo que vimos. El Santo Padre se levantó y caminó hacia el ser”, añadió el asistente. "Los dos estuvieron alrededor de 20 minutos uno frente al otro; se los veía gesticular, como si hablaran, pero no se sentían sonidos de voces. Ellos no me llamaron, por lo que permanecí donde estaba y no pude oír nada de lo que hablaron".

Prosige diciendo que "luego, el ser se dio la vuelta y caminó hacia su nave y enseguida se elevó. Su Santidad dio media vuelta hacia mi y me dijo: ¡Los hijos de Dios están en todas partes; aunque algunas veces tenemos dificultades en reconocer a nuestros propios hermanos¡".

Aunque la experiencia parece increíble, el secretario nunca supo que fue lo que habló Juan XXIII con este misterioso persdonaje, y siempre se ha especulado con algunas revelaciones que le habría hecho el visitante cósmico.

Cabe destacar también que luego de aquella experiencia, eran continuas las manifestaciones de luces en los cielos mientras el Papa y su asistente hacían sus paseos nocturnos. Al parecer, había una conexión muy directa entre estos seres y el monarca papal.

Apariciones divinas

Aunque la experiencia que lo relaciona con extraterrestres es la más llamativa, se sabe que este místico Papa también habría experimentado ciertos estados de éxtasis en los que supuestamente vió a la Virgen María.

El primer encuentro entre Dios y Juan XXIII ocurrió el 12 de febrero de 1959, luego recibió otras visitas en donde Dios y la Virgen hacían una revelación sobre el trágico futuro que le esperaba a la humanidad. Todo fue consignado en un diario.

En él, el Papa habla del asesinato de un líder político muy importante y de la entrada de un país muy poderoso en una guerra que nunca ganaría. También habla de los conflictos entre Israel y Palestina. Juan XXIII también menciona que Dios le obligo a guardar silencio hasta que llegue el momento adecuado.

Habla también de la caída del comunismo, de las guerras en varias naciones de la Europa del Este, de la terrible hambruna que asolara el planeta después de los años 90, y de una nueva y terrible enfermedad que devastaría al mundo a partir de 1984 (el Sida).

El 2 de julio de 1962, Juan XXIII recibió la ultima visita de la Virgen, quién le dió noticias alentadoras para un mundo destruido. Le comunicó que la alegría sería traída por extraños visitantes que aparecerán en la Tierra venidos de otros planetas a sembrar la paz. También le anunció que se podrá ver en el cielo la imagen del Mesías, y anunció el comienzo de un segundo paraíso en el planeta Tierra.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

ta muy churrona la historia no

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